Hoy nos faltan seis personas

Hoy nos faltan seis personas 5616 3744 6 de la Suiza

[Texto leído el jueves 10 de julio de 2025 en las calles de Xixón. Fotografía de Alejandro Nafría]

Hoy nos faltan seis personas. Seis personas, como diría Bretch, de las imprescindibles.

Y nos encantaría poder prestarles nuestras voces, para que resuene ante el inmenso océano de solidaridad que las arropa, a ellas, y a sus familias.

Pero no podrá ser.
La cruel orden de su detención ha impedido que puedan escribiros unas líneas.

Aun así, las conocemos bien.

Hemos compartido con ellas años de luchas,
de solidaridad,
de alegrías,
de miedos, de llantos y de esperanzas.

Han sido —son— un ejemplo de dignidad y de entereza.

Así que vamos a intentar imaginar qué os dirían si no las hubieran arrancado de nuestro lado,
si pudieran estar aquí, libres y combativas, como siempre,
como las han educado sus increíbles familias.

Os dirían que están bien, muy bien.
Que están fuertes y que llevan la cabeza muy alta.

Os dirían que es una lástima que les preocupe quienes dejaron afuera,
porque jamás habrían imaginado vivir algo tan precioso:

Esta solidaridad, tejida con mimo, cuidados y dignidad,
entre tantos miles de personas que ni siquiera se conocen.

Os dirían, si pudieran hacerlo, que sois un ejemplo de cómo arropar a quienes luchan;
que están orgullosas de una sociedad
que se organiza para no dejar a nadie atrás,
de una ciudad que se alza ante un atropello;
de todas y cada una de las personas que,
sin pretender nada a cambio,
os movilizáis hoy por ellas…
y mañana por quien toque.

Os dirían, insistirían, en que no os preocupéis por ellas,
que están bien,
que son una piña,
y que el apoyo mutuo es, como siempre,
el salvavidas colectivo al que agarrarse cuando viene tormenta.

Y que no guardéis un rincón para la pena en vuestros pechos.
Que reivindiquéis la libertad y la solidaridad, pero que lo hagáis disfrutando de ello.
Que nos riamos de nosotras, de ellas, que sigamos encarando la vida con una actitud clara:
que si no hay mar, habrá que remar,
y que a más mar, más vela.

Que nunca calléis ante la injusticia,
que crezcáis colectivamente para poder plantar la semilla de ese mundo mejor que desean para sus hijos
-y para las de todas las demás.

Que ahora, como siempre,
es tiempo de aportar,
de multiplicar,
de aprender.

Que recordéis que, juntas, ni las penas ni las rejas conseguirán hundirnos en la derrota.
Que, en la calle, codo a codo, somos muchas más que seis.

Que son muy conscientes de que están condenadas a una pena ejemplarizante,
pero que está en vuestras manos darle la vuelta a la tortilla y responder de manera ejemplar,
cómo lo estáis haciendo,
para que quede muy claro que jamás
dejaremos caer a las que son perseguidas por luchar.

Y creemos que también os dirían
que si queréis hacer algo por ellas,
toméis su relevo.

Que os organicéis para que, donde ahora faltan seis, haya mil personas más.
En vuestro curro,
en vuestro barrio,
ante el sufrimiento allá donde se presente,
cómo queráis y con quién queráis,
pero que sigáis su lucha,
porque cuando salgan de la cárcel -y las sacaremos pronto-,
nos volveremos a encontrar en el lado correcto de la barricada.

Os dirían que gracias,
y lo más importante de todo:
que no nos asustan ni las rejas ni las ruinas,
porque llevamos un mundo bueno en nuestros corazones,
y ese mundo está creciendo en este instante.

Salud, libertad y abajo los muros de las prisiones.